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Formular productos cosméticos es todo un reto, encontrar la mezcla de ingredientes correcto, hacer muestras a nivel laboratorio y escalarlo a nivel industrial, evaluar el producto sensorialmente, escoger el envase y hacer una fusión de colores (branding), puede cambiar tu vida y la vida de muchos o convertirse en un producto muerto en la avalancha de propuestas diarias que existen en la cosmética. 

Hoy te queremos relatar, como es el día de un/a formulador/a. Cuando queremos explotar la imaginación, necesitamos hacer puentes de ideas, no vasta con solo llenar hojas de posibles ingredientes, va mas allá de eso, es pensar, replantear, investigar y analizar, nuestro mercado, el consumidor objetivo, los productos actuales, lo que gusta, no gusta, lo que se puede mejorar, o potencializar. 

Todo empieza en una bitácora de ideación, vamos a llamarlo el tiempo cero de la travesía de crear un cosmético. En este cuadernillo, vas a resumir toda la investigación de mercado que has realizado con la idea que tienes en mente, vas a exponer a tu buyer persona, describirlo en raza, gusto, personalidad, entorno, etc, que necesidades presenta, que soluciones vas a dar.

Después, empieza a proyectar tu producto, lo que vas a ofrecer en esa botella, que promesa de valor tendrá en el mercado. El coctel de ingredientes tomará todo el protagonismo, será el encargado de hacer un elixir único para la piel. 

Es momento de hacer magia con las manos, vas a necesitar un espacio aparte, donde tengas total higiene, desinfectes todo, mantengas limpio los materiales de trabajos, este a tu alcance herramientas e insumos. Y empieces a crear esa formula única que se transformara en una marca. Una vez obtenido la prueba piloto, se debe analizar o hacer un panel sensorial, si todo sale bien, ahora si, llego la hora de reunirse con los creativos y hacer de tu formula una realidad.

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